Con vistas al océano pacífico hallamos Casa Santibañez, preciosa residencia ubicada en primera línea de mar. Fielmente no cesa de admirar las múltiples caras que posee la naturaleza día tras día.
Su arquitecto José Orrego Herrera la concibió como un marco por el cual poder ojear el océano, la costa, las cercanas islas… es un lugar que te brinda la oportunidad de disfrutar del medio ambiente y del entorno.
El terreno delineado perpendicular a la costa, se caracteriza en todo momento por los colores utilizados blanco-rojo y sus formas curvas, distintivos que nos transportan a la década de los sesenta.
En la planta baja, frente al mar, encontramos un marco blanco con las esquinas redondeadas, desde el cual poder observar el exterior; y bajo éste, destacamos una piscina acabada en tonalidades rojizas. Todo el espacio ha sido equipado con elementos decorativos en rojo, que junto al blanco del resto de la casa, nos hace sentir en un espacio infinito delimitado por estos bloques de color.
En la misma planta baja, en el lado opuesto a la piscina, encontramos un patio abierto, con la misma forma curva en el techo, que nos ofrece múltiples funciones, desde actuar como un amplio recibidor visual de la casa, como conector de todas las habitaciones entre si. En varios puntos de la residencia encontramos oberturas en el techo que nos bañan de luz y aire puro las estancias contiguas.
El exterior de la vivienda se ha pensado como una caja blanca y realzada, abierta por la parte frontal al océano. Un lateral se ha trabajado con una celosía con oberturas redondeadas, las cuales nos ofrecen tanto luz natural como más intimidad frente a los hogares colindantes.
Existen varios modos de diseñar hogares particulares, distintos, a medida… uno de ellos es centrarte en elementos como las curvas o las formas redondeadas e irlos repitiendo de varios modos, en diversos planos, con distintas funciones; si además elegimos un color, como en este caso el rojo, el proyecto finalmente alcanza considerable personalidad.
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