¡Ya está aquí el veredicto de los premios Pritzker! Para toda persona interesada en el mundo de la arquitectura es una fecha importante, ya que es para un arquitecto como ganar un “Nobel en Arquitectura”.
Este 2011 el premio vuleve a caer en Portugal, concretamente atribuido a Eduardo Soto de Moura, quién inició su carrera profesional de la mano del luso Alvaro Siza, premio Pritzker 1992. Soto de Moura abrió su propio despacho de arquitectura en 1980 y despues de más de 60 proyectos a la espalda con presencia en Alemania, España, Suiza, Reino Unido e Italia, obtiene su mayor galardón a sus 58 años.
Este prestigioso premio se entrega desde 1979, en vida, a un arquitecto que haya contribuido significativamente a la humanidad y al entorno a través de la arquitectura. El jurado lo destaca como una obra que une "poder y modestia" y le será entregado en una ceremonia que se llevará a cabo durante el mes de mayo en el auditorio Andre W. Mellon de la ciudad de Washington D.C.
La manera en la que salió a la luz la noticia fué de lo más sonado... El pacto que permite que una institución adelante información a la prensa a cambio de que se publique en una fecha concreta... ¡saltó por los aires! cuando se hizo público a través de un portal de arquitectura, mientras que su anuncio estaba previsto para el 11 de abril.
“Durante las últimas tres décadas, Eduardo Souto de Moura ha producido un trabajo contemporáneo, pero que al mismo tiempo hace eco de las tradiciones arquitectónicas. Sus edificios poseen la habilidad única de transmitir caracteres aparentemente incompatibles – poder y modestia, coraje y sutileza, fuerte carácter público e intimidad – al mismo tiempo.” Según Lord Palumbo, Chairman del jurado.
Podemos resumir que sus obras más destacadas son el Estadio de Braga, la Torre Burgo de Oporto y el Museo Casa das Histórias. Podemos también recalcar la mayor cualidad del arquitecto: integrar la obra en el entorno, que segun Soto de Moura "La arquitectura, para ser buena, lleva implícito el ser sostenible. Nunca puede haber una buena arquitectura estúpida. Un edificio en cuyo interior la gente muere de calor, por más elegante que sea, será un fracaso. No se puede aplaudir un edificio porque sea sostenible. Sería como aplaudirlo porque se aguanta", declaró en una entrevista a este en 2007.
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